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sábado, 2 de marzo de 2013

A través del Espejo

Emma miraba al espejo, su mirada era fría y triste y el paso de los años se reflejaba en su rostro, poco quedaban ya de aquellos años de su juventud, se había convertido en un mero recuerdo de si misma, aquello que mas temía había pasado: ahora era vieja.
Desde joven, cuando pensaba en la llegada de ese momento, se había sentido asqueada, pensando que ya no seria hermosa, que nadie nunca más la desearía y que se convertiría en alguien ajado y feo que la gente despreciaría y consideraría sin valor.
Siempre se había cuidado mucho, su alimentación, sus hábitos, su salud, sus amistades, siempre había procurado evitar el estrés, tener todo al detalle para que nada la sorprendiera, para que todo estuviera tal y como ella quería.
Había conseguido triunfar en la vida y había llegado muy lejos en su profesión, pero ahora con los años ya no podía ejercerla, sus ojos ya no eran los mismos y la habían jubilado porque ya no podía operar. Lo que mas le había llenado en todos estos años era el trabajo, llegó a ser el único motivo por el que se levantaba cada mañana, ya que en su vida vacía y solitaria no había ningún otro.
En su obsesión por convertirse en vieja y obsoleta había alejado de su lado a sus amigos, y seres queridos, pensando que no quería que la recordaran ajada y fea, y se había quedado sola.
Emma se miraba y recordaba, no entendía como podía ser posible lo que había pasado hacia pocos días. Se había encontrado con un antiguo amigo, uno de esos que sientes que es tu alma gemela, ella intentando evitar el encuentro se había escondido pero el que la había visto pícaro fue y la dijo : “te pille” . Le dijo que le gustaría mucho tomar un café con ella, que había algo que llevaba años guardado y que le quería contar. Ella accedió a regañadientes, no entendía que intenciones podría tener.
Tomás, que así se llamaba este gran amigo, la miró fijamente a los ojos y la dijo “ Emma, siempre te he querido, siempre he deseado pasar mi vida junto a ti, pero tú te alejaste de mi, y por mucho que te busque no te he encontrado hasta ahora” . Emma se quedo mirándole con los ojos como platos y se quedó sin saber qué decir, en el fondo ella también había sentido lo mismo hacia él y por eso se había alejado, la dolía solo el pesar de que él con los años la llegara a ver como era ahora y por eso se alejo de él. “ ¿Y aun viéndome así sientes lo mismo?” “Para mi corazón eres y serás siempre la más hermosa, da igual el tiempo que pase, eso a mi no me importa, olvida esos prejuicios estúpidos”. Lágrimas recorrieron los ojos de ella, se había sentido tan sola tanto tiempo, se había odiado a si misma tantas veces por haber actuado de una manera tan cobarde por haberse boicoteado a sí misma, por no haberse permitido ser feliz. Tomás la abrazo , “siempre estaré contigo en lo que nos queda de vida, si me dejas” y dicho esto la besó, y su beso fue cálido y cariñoso fue lo más reconfortante que había sentido en mucho tiempo, y se dio cuenta de lo tonta que había sido, de todo lo que se había perdido en la vida.
Ahora, mirando al espejo y recordando aquel dulce beso, una sonrisa se instalo en su rostro y sus ojos brillaron como nunca lo habían hecho, y no vio fealdad, vio la belleza de la madurez, y eso la hizo sentirse más estúpida aún. “Siempre estaré aquí para ti, si decides que así sea, como sé que esto es muy repentino esperare unos días a tu respuesta y si no quieres que estemos juntos no hace falta que me llames, lo entenderé y me iré de la ciudad” Tomás se había despedido con estas palabras y le había dado otro beso, aun mas intenso que el anterior. Ella había estado pensando, y había decidido que no quería estar más tiempo sola, que ya estaba harta de haberse boicoteado tanto. Cogió el teléfono y marco el numero que Tomás le había dado, “ Quiero que cada día se llene con tus besos”. Desde el otro lado del teléfono le pareció oír sollozos “No llores“ le dijo Emma, “ tranquilla, lloro de felicidad, porque por fin dejaremos de estar solos”. Y aquel fue el principio de una vida para ella, en la que no estaría sola y en la que dejaría de lado todos esos perjuicios estúpidos que tanto la habían perjudicado.

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