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domingo, 7 de agosto de 2011

Deseo..






Un dulce silencio se cernia sobre la estancia en la que solo se oia el sonido de sus respiraciones. Un minuto antes los gritos y los gemidos lo habian llenado , pero ahora tras la gozosa disputa que habia tenido lugar el placer les habia echo llegar a la calma haciendo un parentesis en la que antes parecia una disputa sin fin.


Ella , recostada en su pecho le miraba como un devoto mira al objeto de su devocion, sus grandes ojos marrones parecian sonreirle y parecia tener miedo de quitar la mirada no fuera a ser que esa dulce imagen desapareciera.


El la miraba con los mismos ojos y se deleitaba acariciando su suave rostro con la misma delicadeza que si tocara un pedazo de preciosa porcelana y tuviera miedo de que se rompiera.


Hacia tanto tiempo que la amaba que ya era como si los dos fueran uno, la conocia casi mas que asi mismo y solo el pensar que alguien o algo pudiera dañarla le hacia sentir que algo le desgarrara por dentro.


Dulce manjar que no podia parar de saborear y de querer sentir, ella se habia convertido en su droga, era su pecado mas repetido, y si por ello iba a ir al infierno no le importaba porque habria llegado al cielo cien mil veces junto a ella mientras tuviera vida.


Sin dudarlo un instante bajo su rostro hacia el de ella y la beso dulcemente, primero la beso despacio pero poco a poco la beso con mas intensidad , como si tuviera un hambre infinita y ella fuera la unica capaz de calmarla. Con sus manos recorrio todo su cuerpo como si quisiera crearse con sus manos un mapa mental , y no se detuvo hasta que se sintio arder y entonces quiso penetrarla, pero entonces ella se puso encima de el y con la gracidilidad de una experimentada amazona comenzo a mover sus caderas a un ritmo constante y creciente , haciendole llegar al extasis.


Entonces sus gritos y gemidos volvieron a llenar la instancia antes vacia, el calor invadio sus cuerpos y les hizo sentirse a punto de desfallecer y entonces cuando ya ambos quedaron satisfechos , volvieron otra vez a la misma posicion y recostados uno encima del otro cayeron en el mas profundo sueño , mientras en su cara quedaba reflejada una sonrisa, de la mas absoluta felicidad.


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